La edad de las rabietas

               El viernes, 13 de mayo, he dado una charla en la Guardería Monigotes sobre las rabietas, la autonomía y la responsabilidad en nuestros niños.
 
               Mientras la estaba preparando me vino una idea a la cabeza y la apunté para plasmarla en el blog porque me parecía interesante.

               El título sería: "Padre del año"

               Mi hijo acaba de nacer. Estamos felices. Come y duerme todo el tiempo. Me encanta bañarlo y dormirle en su cunita.

               Le canto canciones de mi niñez. Ahí estaban, en un rincón, esperando a que naciera el bebé para salir de nuevo a la luz. ¡Vaya recuerdos!

               Han pasado varios meses. Nuestro bebé sonríe, se mueve mucho y llora un poco más porque quiere que le cojan en brazos, pero sigue comiendo muy bien.

               Pronto va a cumplir un año, gatea por toda la casa y empieza a caminar cogido de la mano o dando vueltas alrededor de la mesa.

               A veces llego cansado del trabajo, pero le baño, juego con él y "charlamos un rato". Disfruto mucho con mi hijo y creo que soy un buen padre.

               ¡Alto ahí! No pensarás que te vamos a nombrar "Padre del Año ¿eh?

               Para conseguir dicho título tienes que pasar por los "terribles 2, 3 y 4 años" ( la edad de las rabietas). Si sobrevives con alegría, entonces empezaremos a pensar en darte el título de:

                   "PADRE DEL AÑO"

Tengo un niño muy movido-2

               Vuelven los papás a la consulta. Están contentos; les ha costado, pero han conseguido que su hijo no salte por los sillones ni las camas.

               No fue fácil, pero se mantuvieron firmes y, muy importante, unidos.            

               ¿Por dónde seguimos? Nos vamos a la lista de conductas a cambiar y deciden poner los siguientes límites: No tocar los botones de la TV, vídeo... y no abrir cajones.

               Me parece perfecto que no le permitan tocar los botones de los aparatos electrónicos, pero respecto a abrir y cerrar cajones y armarios, tenemos que decidir cuáles serán los que no pueda tocar. Habría que darle un poco de margen.

               Al final acaban por ponerse de acuerdo: habrá cajones y armarios que podrá abrir y pondrán en ellos un sol grande y donde haya cosas peligrosa para él (martillo, lejía...) tendrán una nube, que indica que no se pueden tocar.

               Quedaron en hablar con él en cuanto llegaran a casa y empezar al día siguiente. Seguiremos con la silla de tiempo - fuera

               Para conseguir poner límites y que el niño los cumpla es muy importante la coherencia entre los padres. Esto implica no solo estar ambos de acuerdo sino hacer respetar las normas que hemos impuesto.

               De nada sirven las amenazas si no las cumplimos o que un padre prohíba una cosa y el otro se la permita. El niño acabará sin saber lo que puede y lo que no puede hacer.

Podéis mandarme vuestros comentarios, así como poneros en contacto conmigo en:

Mail: luciapalaciollanos@gmail.com

Consulta: C/ Bolonia 29-2º Int. Drcha.                   Tlf.: 976 23 89 14