Siempre le gustó el baño. No quería entrar, pero luego no había forma de sacarle de la bañera.
Pero, un buen día...
Pero, un buen día...
Nos cogió desprevenidos y no sabíamos que hacer. Probamos de todo: meternos con él en la bañera, obligarlo a entrar a pesar de sus gritos, cambiar a una bañera más pequeña...
Lo primero, saber que esto es bastante común. Hay temporadas en que los niños no quieren bañarse. Las causas de este rechazo pueden ser varias:
-asustarse al desaguar la bañera estando él dentro.
-entrarle jabón en los ojos.
-quizás en uno de los últimos baños estaba el agua demasiado caliente...
-entrarle jabón en los ojos.
-quizás en uno de los últimos baños estaba el agua demasiado caliente...
Lo más importante es no ponerse nervioso ni darle excesiva importancia. Empezaremos no obligando al niño a meterse en la bañera. Durante unos días le lavaremos fuera de la bañera, con una esponja húmeda.
Si es posible, lavarle cerca de un barreño o una bañera más pequeña y que, poco a poco, vaya tomando contacto, metiendo las manos o bañando él mismo un muñeco. Cuando esté más confiado puede ir metiendo los pies unos segundos y así vais poco a poco hasta que pierda el miedo y vuelva a querer bañarse con la misma alegría de antes.
Podéis mandarme vuestros comentarios o poneros en contacto conmigo:
Mail: luciapalaciollanos@gmail.com
Teléfono: 976 23 89 14