"No tengo paciencia" -2

Perder la paciencia implica gritar e, incluso, pegar al niño.

   Siempre digo que cuando un padre sube el tono de voz, ha perdido la batalla; quizás ese día el niño le obedezca, pero si la situación se repite ("solo me obedece cuando le grito"), el niño necesita que, cada vez más, suba el tono. Es decir, "pierde la batalla" porque el niño ya no obedece, ni con los gritos de sus padres. Pero tranquilos, esto se puede solucionar. 

Para no perder la paciencia:

1.- Hay que contar hasta 10, y no es una broma. Esos 10 segundos son suficientes para calmarse y afrontar la situación de forma más educativa.

2.- Se deben establecer normas claras y cumplirlas, tanto los padres como los hijos; las normas no se pueden establecer de forma arbitraria y dependiendo del humor de los padres.

3.- Es importante el diálogo; que los niños no tengan miedo de expresar sus sentimientos e inquietudes. Muchos problemas se solucionan hablando.

4.- Los niños son niños y hacen cosas de niños: no obedecen a la primera, les gusta tocar todo e investigar, quieren tener poder... Si tenemos claro esto, no perderemos la paciencia tan fácilmente.

5.- No hay que estar excesivamente pendientes de ellos. Dejar que aprendan las cosas a su ritmo, sin presionarles; ellos estarán más tranquilos y nosotros también.  



Si quieres ponerte en contacto conmigo puedes hacerlo a través del teléfono 976 23 89 14 o escribiendo a   luciapalaciollanos@gmail.com                                

La frustración-1

          La frustración no es un concepto de moda; siempre ha existido, pero yo creo que nuestros padres nos frustraban de manera natural. Simplemente nos decían "no" y, además, no nos daban todo lo que queríamos. Así de simple.

          Es una vivencia emocional que aparece cuando no podemos satisfacer una necesidad o una ilusión. El resultado es el enfado, tristeza, ira..., emociones, todas ellas, normales. Lo que tenemos que enseñar a nuestros hijos es a controlar y superar esa ira, tristeza, enfado...

          Nuestra obligación, como padres, es enseñar a nuestros hijos a tolerar la frustración, enseñarles a afrontar los problemas y los "no" que surgen en la vida. Es una actitud ante la vida que puede desarrollarse y trabajar.

          Durante los primeros meses de vida, los niños creen que todo gira a su alrededor, que son el centro del mundo y que tienen derecho a todo. Es el momento de trabajar la "tolerancia a la frustración". Hay que empezar a decir "NO", pero no de forma arbitraria.

          Cuando el niño sale de la guardería a las 12 del mediodía y pide una chuche, yo le digo "NO" y esto no es arbitrario, es de sentido común. Si el niño lleva todo el día del sábado encerrado en casa y pide salir y le digo "NO" porque, la verdad, no me apetece salir nada; esto es arbitrario. Tener todo el día metido a un niño de dos años en casa...

         ¿Cómo podemos enseñar a nuestro hijo a tolerar la frustración?

                    A esta pregunta os contesto el jueves. Un saludo.


Ya sabéis que podéis encontrarme en    luciapalaciollanos@gmail.com     Tlf. 976 23 89 14

Niños autónomos y responsables - 1

          Ser autónomo significa  que el niño es capaz de hacer las cosas por sí mismo. Uno de los componentes de la autonomía es la responsabilidad

          Muchas veces los padres sobreprotegen a sus hijos evitando que hagan las cosas por sí mismos y esto es contraproducente porque les estamos enseñando a depender de alguien, minamos su autonomía y no les ayudamos a desarrollar su personalidad

          También hemos de tener cuidado y no exigirles por encima de sus posibilidades.Para enseñar a un niño a ser autónomo debemos tener en cuenta su edad y sus capacidades.

          Los niños aprenden a ser autónomos desde pequeños,realizando actividades, tanto en casa como en la guardería.Les vamos dando responsabilidades y aunque al principio cometan muchos errores, poco a poco ganarán en destreza, rapidez y habilidad

       Hay muchas cosas que pueden ir aprendiendo desde pequeños: comer solos, desvestirse, llevar la ropa a la lavadora, recoger sus juguetes...

          Educar a los niños como personas autónomas y responsables supone favorecer su autoestima, que tengan confianza en sí mismos además de que sean capaces de tomar decisiones en el futuro.


Contacto: luciapalaciollanos@gmail.com                   Tlf. 976 23 89 14
               

"No tengo paciencia "-1

     "No tengo paciencia"...con mi hija de dos años que no quiere comer.

     "No tengo paciencia"...con mi hijo de 6 años que no quiere hacer deberes.

     ¿Consiguen algo con esta actitud? Nada

     Y estos padres impacientes, por qué no se preguntan cómo se siente su hijo. Quizás no come porque le duele la barriga o porque no tiene hambre o...

     Quizás no quiere hacer los deberes porque está cansado, porque algún niño del cole le dijo que era tonto, porque  está nervioso ya que solo faltan dos días para su cumpleaños...

     Los padres pierden la paciencia y gritan a los niños, pero también sufren mucho. Intentan no enfadarse pero su hijo parece que la tiene tomada con ellos y les reta todos los días.

     Para poder cambiar esta situación hay que tener en cuenta la parte emocional del niño, intentar descubrir la razón por la que el niño se niega a comer, dormir...

    Cuando uno de los padres comienza a ponerse nervioso, debe retirarse y que siga el otro.

       

       





Síndrome del emperador - 2

¿Qué puedo hacer para que mi hijo no sea un tirano?

1º.- No permitir que imponga su voluntad: no dejar que se salga con la suya utilizando el llanto y las rabietas.

2º.- Ponerle límites: tienen que saber lo que pueden y no pueden hacer.

3º.- Educar "los dos a una" es muy importante. Es difícil, pero hay que ponerse de acuerdo. Algunas veces tendrá que ceder el padre y otras la madre. 

4º.- Cumplir los castigos que se les impone, si no es así perdemos autoridad.

5º.- Ir dando responsabilidades al niño a medida que va creciendo. Pueden empezar desde muy pequeñitos, incluso con 1 año; a esta edad ya son capaces de guardar las zapatillas en su sitio, ayudar a recoger los juguetes...

Síndrome del emperador - 1

       Es el nombre que se le da al niño tirano, "al rey de la casa"

   Cada vez es más común encontrarnos con niños "que mandan en casa"; niños dominantes y padres que se dejan dominar. Esta situación termina, en muchos casos, en maltrato de hijos a padres. Ya empezamos a oír hablar de padres que piden al juez que les separe de sus hijos porque la situación en casa es insostenible,

      ¿Cuándo comienza a forjarse esta situación?

      En el mismo momento en que nacen y comienza nuestra tarea de educar.

    Los niños tiranos consiguen, desde muy pequeñitos, todo lo que quieren utilizando el llanto y las rabietas. No oyen nunca "no" y siempre se salen con la suya.

      Sus padres son excesivamente protectores, muy permisivos y les miman en exceso.  

      Como veis, todo es "excesivo"

   El resultado es que nuestro niño se convierte en un tirano y, más tarde, en un adolescente totalmente descontrolado e incluso maltratador.

         

Niños bien educados - 2

     Para conseguir que mi hijo interiorice las normas de educación debe aprenderlas desde pequeño.

     Es mucho más fácil educar que reeducar.

    Debemos recordarle continuamente que pida las cosas por favor y, si se niega no las recibe; se enfadará, pero le estaremos educando.

    Cuando sea un poquito mayor que ayude en casa. Por ejemplo ir a la compra con papá, incluso un niño de dos años puede con el peso de un par de manzanas. Él se sentirá orgulloso de ayudar a su papá y éste le felicitará. Será un gran avance en la tarea de educar.

    Los padres tienen que tener muy claras las normas que le van a enseñar a su hijo y estar de acuerdo con las mismas: "Educar es cosa dos"

         

Niños bien educados - 1

     A todos nos gustaría que nuestros hijos pidiesen las cosas por favor, diesen las gracias, comiesen con la boca cerrada, etc.

    ¿Cuándo comenzamos a educar a nuestros hijos?

    ¡Ya! ¡Ahora mismo!, en cuanto termines de leer este artículo.

    Pero, ¡si mi hijo tiene 5 meses! No importa. Quizás sea el momento de empezar por nosotros mismos:

     "Por favor, ¿me pasas el pan?, muchas gracias"

     "¿Podrías subir un poco el volumen de la tele?, muchas gracias"

     Esa vecina mayor que viene cargada de la compra; la ayudo, cogiendo su bolsa y acercándosela  a su casa.

     Si en el autobús sube una persona mayor, una mujer embarazada, alguien con problemas de movilidad, rápidamente me levanto para dejarle el sitio.

     Todos los momentos son buenos para practicar la buena educación y nuestros hijos aprenderán por imitación muchas de estas normas. Otras tendremos que enseñárselas con amor y perseverancia porque no las van a aprender a la primera, sino que habrá que insistir e insistir.

     Os aseguro que lo conseguiréis.


Deberes si - Deberes no

 Deberes sí, deberes no. ¿Qué es lo mejor?

 Difícil ponerse de acuerdo en esta cuestión; hay tantas opiniones a favor como en contra.

 Los niños deberían trabajar todos los días en casa desde que comienzan la Primaria. En  1º y 2º tendrían que hacerlo durante 10 ó 15 minutos ( fines de semana no) para ir cogiendo el hábito de estudio, que es muy importante para evitar un posible fracaso escolar.

 He hablado con muchas maestras de los primeros cursos de Primaria y todas dicen que, cuando mandan deberes para casa, su objetivo es ayudar a los niños a coger hábito de estudio.

 Muchos padres no lo entienden así y la tarea que los niños llevan para hacer durante la semana la hacen entre el sábado y el domingo y no trabajan nada el resto de los días. Resultado: "atragantón de trabajo el finde" y  pérdida de la oportunidad de coger la costumbre de estudiar todos los días.

 A la consulta acuden muchos chicos y chicas de la ESO y todos tienen una cosa en común: "sólo estudian cuando tienen fecha de examen". Este es un error que lo pagan muy caro: riñas y discusiones en casa, suspensos en el colegio, baja autoestima...

       

Comienzo de curso-3

   
 Espero que vuestros hijos se hayan acostumbrado a madrugar.
   
 El siguiente problema que se nos presenta es que no quieren vestirse; o peor, quieren que les vistamos nosotros.
     
 Si acostumbramos a nuestros hijos a vestirse y desvestirse desde pequeños, este problema no nos lo vamos a encontrar.
   
 Pero si, por comodidad o por ir más rápido por las mañanas les vestimos nosotros, cuando queremos que lo hagan ellos solos...no quieren.
     
 Os voy a dar dos fórmula que pueden resultar útiles. 
   
 1ª- Haced una carrera con vuestra hija  "a ver quién se viste antes". Dejad que gane, pero por poquito, para que resulte creíble.después felicitadla y decidle que otro día ganaremos nosotros. Alguna vez podéis empatar ...o ganar.
     
 2ª- Esta fórmula consiste en contar hasta 20, 30, 50..., dependiendo de lo lento que sea el niño. Hay que contar más o menos rápido para animarle y felicitarle cuando acabe de vestirse.

 Insisto, los niños tienen que empezar a vestirse y desvestirse hacia los dos años; a esta edad ya pueden quitarse alguna prenda y les ayudamos con el resto. Poco a poco adquirirán habilidad para quitarse la ropa más complicadas: jersey, chaqueta...

     

Comienzo de curso-2


 Seguimos con la hora de levantarse.
   
 "Lucía, he seguido tus indicaciones de la semana pasada y mi niño dice que tururú, sigue remoloneando y no hay manera de que se levante. Y yo, que me hice el firme propósito de no gritar, creo que voy a sucumbir y ..."

 De acuerdo. Te entiendo, pero lo primero que tenéis que saber es que las cosas no se consiguen en un día, ni en dos ni en tres...

 Por la noche tienen que acostarse pronto para que duerman las horas que cada uno necesita, según su edad.

 Vamos a atacar por otro frente. Si es necesario les llamamos 10 minutos antes para que puedan remolonear un poco en la cama. A mi me encanta despertar y saber que puedo estar un poco más de tiempo acurrucada y calentita antes de comenzar el día. ¿No os ocurre lo mismo a vosotros?

 Por lo tanto, se acostarán pronto y, si es necesario, por la mañana los llamamos 10 minutos antes. Los despertamos, pero no les obligamos a levantarse sino que les dejamos estar un ratito en la cama.





Comienzo de curso - 1


    Ya ha comenzado el curso.
    ¡Qué ilusión! Ver a nuestros amigos del curso pasado, conocer a los nuevos compañeros, al nuevo tutor o tutora...
   El primer día nuestro hijo madruga mucho. Es él quien nos despierta, de nervioso que está por empezar el cole.
  Pero una semana más tarde..., ya no hay manera de que se levante y empiezan los nervios, las riñas, los gritos...
  Los gritos... A los papás y a las mamás no les gusta gritar; esto  se oye a menudo en mi consulta, pero no saben cómo conseguir que los niños se levanten, se vistan y desayunen tranquilamente.
  
  Todo empieza la noche anterior; la hora de acostarse en muy importante. Los niños que duermen poco tienen un rendimiento escolar más bajo y su desarrollo del lenguaje es más lento. Por eso:

  • De 1 a 3 años deben dormir entre 10 y 13 horas diarias, repartidas entre la noche y la siesta.
  • Entre los 4 y 5 años de 10 a 12 horas
  • A partir de los 6 años tienen suficiente con 10 horas cada día.

      
     Echad cuentas. Si tienen que levantarse a las 8 de la mañana, deberían estar dormidos a las 10 de la noche (tienen que acostarse un poco antes, dependiendo del tiempo que tarden en dormirse).
   
    Si descansan el tiempo suficiente hay más probabilidades de que se levanten a tiempo para ir al colegio.

Final del verano y comienzo del nuevo curso

 Aún nos quedan unos cuantos días de vacaciones y tenemos que aprovecharlos al máximo.

  Hay que coger fuerzas para comenzar un nuevo curso con renovada energía. Sigamos descansando y disfrutando del buen tiempo y, sobre todo, de nuestros hijos.

  Las vacaciones se terminan; la playa, la montaña, el pueblo... empiezan a quedar muy lejos y se acerca el nuevo curso.

  ¿Lo tenemos todo preparado? ¿libros, cuadernos, lápices, gomas...? Todo nuevo, a estrenar. A mí me encantaban las libretas nuevas.

  Tenía muchos planes para el nuevo curso: "Voy a atender mucho, a escuchar todo lo que diga la profe, a hacer los deberes desde el primer día y, sobre todo, a hacerlos muy limpitos.

  Mis libretas van a estar siempre requetelimpias, ordenadas y con una letra estupenda que todo el mundo va a entender.

      Os deseo un final feliz de vacaciones.

VACACIONES!!!!!

Os deseo a todos unas felices vacaciones.
Descansad todo lo que podáis para comenzar el nuevo curso con muchas ganas de trabajar.

Mi hijo no come fruta

     En la última charla que di en la Guardería Monigotes, dos personas me plantearon la misma pregunta: "¿qué tenemos que hacer para que nuestro hijo coma fruta? Intentamos de todo, pero no hay manera."
     Lo primero que tenemos que saber es que hay conductas donde nosotros no podemos ejercer un control sobre el niño y son todas las que tienen que ver con su cuerpo: dormirse, comer, llorar, control de esfínteres...
    Como son áreas de poder del niño, no podemos enfrentarnos a él en ellas porque tenemos las de perder.
    ¿Qué hacer, entonces? En este caso, no le obligues a comer fruta.
    Os voy a contar cómo he conseguido que una niña de 2 años comiera fruta. Decidí, junto con la madre, que todos los días le pusiera 2 ó 3 trocitos de postre, pero sin obligarla. Al llegar el momento de comerla, cuando ella se negara, se le quitaba la fruta sin decirle nada, ni reñirle.
    A la madre le advertí que tardaríamos de 6 a 8 meses antes de conseguirlo; esto lo hice para que la madre no se pusiera un límite de tiempo a sí misma para conseguirlo y se angustiara si no lo lograba en ese tiempo.
    Y un buen día, 6 meses más tarde, comenzó a comer fruta en la guardería y hasta hoy.
    Lo más importante es no angustiarnos al no conseguir que coman fruta y, por supuesto, no sentirnos culpables; ya sé que es difícil, pero es la única manera.
   En el momento en el que el niño percibe que "ya no nos importa que coma fruta", pierde todo el poder y empieza a comerla.
   Quizás nunca sea un gran comedor de fruta, pero ya no se negará a comerla.

Celos-3

          Ante la llegada de un hermano,el niño puede reaccionar de diferentes maneras:

-vuelve a hacerse pis por las noches.
   ¡PUF! ¡Con lo que le costó aprender!
-pide chupete, como su hermanito.
   ¡Y ahora qué hago, si lo hemos tirado!
-quiere dormir, de nuevo, con los papás.
   Si nos queda justo para una cuna como ¡para meter dos!
-quiere que toda nuestra atención sea para él
   ¡Y yo no tengo tiempo!
-deja de comer o come muy poco
   ¡Él, que repetía de puré!

Tranquilos, esta es una etapa transitoria y necesaria para él. Sólo tiene que adaptarse y nosotros le ayudaremos a ello con todo el cariño y paciencia del mundo.

Ya he hablado en Celos-2 de lo que podemos hacer para ayudarle; además:
*Darle tiempo para que vaya asimilando esta nueva estructura de la familia.
*Ignorar su mal comportamiento (dentro de un orden)
*Dedicarle unos minutos al día para jugar con él (el juego lo escoge el niño).



Celos-2

Querido hijo:
                     Los padres no tienen que repartir su cariño entre sus hijos.Tienen que repartir su TIEMPO.
                                       ...............................................................................
                   
                     El niño ya no tiene a mamá y papá para él solo; hay que compartirlos con "un intruso" al que no tardará, él mismo, en querer mucho.
                     Los celos son normales, el niño reacciona así ante lo que él cree que es una pérdida de atención y de amor por parte de los padres.
                     La mayor parte de las veces no son graves ni duraderos. El niño acabará adaptándose a esta nueva situación familiar.
                    Los padres tendrán que armarse de paciencia, darle mucho cariño a su hijo y no regañarle por las malas conductas relacionadas con los celos. Es la manera que tiene el niño de protestar, de demostrar sus sentimientos.
                    No podemos evitarlos, pero sí disminuir sus efectos:
-no romper sus rutinas: seguir leyéndole el cuento por la noche...
-explicarle que le siguen queriendo igual, pero ahora hay que repartir el día entre los dos.
-que ayude a cuidar del bebé.
-avisar a la familia y amigos que van a conocer al nuevo miembro, que no se olviden del "mayor" y le lleven un detalle.
-entender al niño, lo que siente, ponerse en su lugar.

                     

Celos-1

Empatía significa ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente.
          Yo voy a intentar ponerme en el lugar de un niño que acaba de tener un hermanito y escribe una carta a sus papás contándoles sus sentimientos.
          Queridos papás:
                                    Antes, cuando lloraba, tenía a mi mamá siempre dispuesta a abrazarme, susurrándome al oído palabras cariñosas que me tranquilizaban.
                                     Cuando papá llegaba del trabajo lo primero que hacía era jugar conmigo. El pasillo de casa se convertía en un campo de fútbol a pesar de las protestas de mamá. Yo estaba encantado porque lo tenía para mi sólo.
                                     Sí tropezaba, antes de caer ya tenía vuestros brazos ahí, para cogerme y no rozar el suelo.
                                     Por las mañanas, como soy un poco perezoso, mamá me ayudaba a vestirme y muchas veces me daba el desayuno; eran momentos maravillosos donde yo disfrutaba de su compañía.
                                     Siempre estaban a mi disposición, para lo bueno y también para lo malo porque alguna vez me reñían e insistían en que hiciera cosas que yo no quería.
                                     Un día, muy contentos, me anuncian la llegada de un hermanito:"Será estupendo, me decían. Yo tendría un compañero de juegos, un amiguito". ¡Qué bien!
                                     Por fin llegó el día y mi hermanito / nuevo amiguito con quien jugar, entró por la puerta de casa y...
                                     Cuando me caía y lloraba mi mamá decía;"Chist, no llores que tu hermano está durmiendo"
                                     Ya no me ayudaba por las mañanas y empecé a oír:"Venga, vístete mientras yo preparo a tu hermano"
                                       Papá dejó de jugar conmigo al llegar del trabajo " para no despertar a mi hermanito / nuevo amiguito con quien jugar.
                                       Por la calle, las vecinas y amigas de mamá nos paran: "qué guapo, como está creciendo" (mi hermano)
                                        Le trajeron muchos regalos y sólo mi tía Carmen se acordó de mí y me regaló un coche de bomberos muy bonito con una sirena: TITOOO TITOOO TITOOO..., pero mi mamá le quitó las pilas "para no despertar al bebé".
                                        Por una parte, yo quiero a mi hermanito; es muy sonrosadito y tan pequeño que seguro que necesitará de mí cuando vaya al colegio. Yo le podré explicar muchas cosas de la vida.
                                        Por otra parte...¿no se lo podemos regalar a la vecina del 5º, que está muy solita?



Maltrato de hijos a padres

          El 19 de mayo leí la siguiente noticia:" Los casos de padres maltratados por sus hijos aumentan un 51% en Aragón".
          Aunque se trate de un nº pequeño de casos en cifras absolutas, lo que realmente preocupa es que el número haya aumentado.
          ¿Cómo es posible, pienso, cuando veo a mi hijito precioso dormir en su cuna, que pueda convertirse en un maltratador? No, imposible. A mí no me va a tocar. Mi hijo "nunca hará eso"
          Me imagino que los padres maltratados en la actualidad también pensarían igual.
          Algunos estudios señalan que, aunque hay una pequeña parte de estos niños que se convierten en maltratadores por causas ajenas a su educación, el resto son el resultado de unos padres sobreprotectores, consentidores, que nunca dicen "NO" a su hijo, padres permisivos que conceden todos los caprichos a sus hijos.
          Son niños sin límites ni normas claras, que imponen su voluntad sistemáticamente y consiguen todo por medio de rabietas y chantajes.
          Entre todos tenemos que conseguir que este porcentaje baje a mínimos; y esto lo lograremos dando a nuestros hijos una buena educación y ejerciendo nuestra autoridad.
          Hoy salió en un periódico de tirada nacional lo siguiente:
          ¿Puede haber educación sin autoridad?
          Fernando Savater: "La autoridad es necesaria, la tiranía no"
          Hegel decía:"Ser libre no es nada; llegar a ser libre es lo importante. Para llegar a ser libre hace falta autoridad" y autoridad viene de  augeo: ayudar a crecer.

Me han pedido que escriba sobre los celos y de eso tratará mi próximo artículo.

Educar con autoridad - 3

¿Qué hemos de hacer para tener autoridad sobre nuestro hijos?

1.- Ambos padres deben estar comprometidos en esta tarea, además de estar de acuerdo en las normas que vamos a enseñar a nuestro hijo.
   
2.- Decir a un niño. "pórtate bien", "sé bueno", "eres malo", etc., no sirve de nada. Hay que afear la conducta y no al niño.
      Es más efectivo decirle: "Te has soltado de mi mano y has corrido por la acera y eso está mal hecho", "Estás saltando encima de los sillones y sabes que no puedes hacerlo"

3.- No poner muchas normas; es mejor que sean pocas y sencillas, que las entienda.

4.- Tiempo, tiempo y tiempo; las cosas no se aprenden en dos días y nuestro niño tiene mucho que aprender.

5.- Valorar mucho al niño, a todas las conductas que realiza bien. Cuando un niño pequeño hace algo mal no lo hace para molestar, es que está aprendiendo.


Se me ocurren aún más cosas que dejo para la próxima semana.

Educar con autoridad-2

Seguimos hablando de errores que debilitan nuestra autoridad:

6.- Los límites y normas varían según nuestro humor, de la prisa que tengamos...: y esto no debe ser así porque entonces nuestros hijos nunca sabrán lo que está bien y lo que está mal.
          Si hoy están prohibidas las golosinas, mañana también; si hoy no podemos saltar por los sillones, mañana tampoco...
          A veces es difícil llevar esto a cabo, nos cansamos de decir " no, no y no", por lo que es muy importante que los padres estén de acuerdo en las normas que vamos a introducir en casa y que siempre sean las mismas.

7.- Gritar: ¡Puff, qué difícil! Todos hemos perdido alguna vez la paciencia, pero debemos evitar que esta situación se repita muchas veces.
           En la consulta siempre digo que "cuando subimos el tono de voz unos decibelios,hemos perdido la batalla"
            Del grito pasamos al insulto lo que supone un abuso de nuestra fuerza y sólo sirve para que nuestro hijo tenga la autoestima por los suelos.

8.- Criticarles: podemos criticar su conducta, pero no a ellos; si se ensucia al comer, tenemos que enseñarle a manejar los cubiertos y la servilleta, pero no le reñimos y le llamamos cochino; al fin y al cabo él está aprendiendo a comer.
          Es totalmente diferente decir: "Eres un desordenado" a "Esta habitación está muy desordenada, vamos a poner las cosas en su sitio".


La semana que viene os hablaré de cómo conseguir tener autoridad sobre nuestros hijos.

Educar con autoridad - 1

¿Cómo conseguir tener autoridad sobre nuestros hijos sin caer en el autoritarismo?

          Para educar bien a nuestros hijos es muy importante ejercer sobre ellos nuestra autoridad, saber marcar unos límites muy claros entre lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer. Estos límites son los que les darán seguridad y ayudarán a aumentar su autoestima.
          Hoy hablaré de 5 errores que debilitan esa autoridad:
1.- ser permisivos: esto ocurre cuando no les corregimos, cuando les permitimos todo "porque son pequeños". La permisividad no ayuda a nuestros hijos a ser felices ni a tener seguridad en sí mismos, sino todo lo contrario.
2.- decir no y acabar cediendo: el "no" hay que respetarlo por encima de todo. El "no" no se puede negociar. Si cedemos, el niño no aprenderá dónde están los límites.
3.- ser autoritarios: el autoritarismo no tiene nada que ver con la autoridad. Ser autoritario significa que nos obedezcan "porque sí", "porque lo mando yo". El objetivo del autoritarismo es tener un hijo sumiso, sin iniciativa. El autoritarismo anula la personalidad de nuestros hijos.
4.- no cumplir amenazas ni promesas: es la mejor manera de perder autoridad; el niño dejará de tener  confianza en nosotros. Para evitar esto, hemos de ser realistas tanto con las amenazas como con las promesas. En plena primavera y con un tiempo precioso no podemos amenazar a nuestro hijo diciéndole: "Un mes sin parque" ¿Lo podremos cumplir?
5.- querer éxitos inmediatos: hay que tener paciencia. Los niños tienen que aprender y el aprendizaje es un proceso que requiere tiempo.

Mi hija no pronuncia la /rr/

               El mes pasado, en la Guardería, una mamá me preguntó si había algún problema con su hija porque aún no pronunciaba la /r/ ni la /rr/.
               Su hija aún tiene 2 años y 3 meses por lo que la tranquilicé. A esta edad es lo normal. La suelen pronunciar entre los 4 y los 4 años y medio.
               Hasta ese momento no hay que preocuparse y es a partir de esta edad cuando sería bueno acudir a un logopeda.

CHARLA SOBRE ALIMENTACIÓN

              En esta charla , que di el 2 de diciembre en la Guardería Monigotes de Zaragoza, hablé sobre la importancia de enseñar a nuestros hijos buenos hábitos alimenticios.
             
                Para conseguir esto, es importante:

                    *   Crear un ambiente agradable, evitando riñas y castigos a la hora de comer. Hay que enseñarle a comer en familia porque los adultos le servimos de modelo.

                    *   Fomentar su autonomía, enseñándole a comer sin ayuda, en cuanto sea capaz de manejar la cuchara con cierta autonomía.

                    *   Ir acostumbrando su paladar a los distintos sabores, introduciendo poco a poco en su dieta diferentes alimentos.

                    *   No dejarle comer chucherías ni "picar" entre horas, pues esto le quitará el hambre y se negará a comer.

                    *   No ver la TV mientras come ni dejarle jugar. Tiene que aprender que la hora de comer es para comer y no para jugar.

                    *   Procurar que coma en un lugar fijo, sentado e impidiéndole que se levante cuando quiera. El acto de comer debe asociarlo a un tiempo de cierta tranquilidad y quietud.